Apuntes y reflexiones a propósito del año internacional de
la medicina veterinaria y la zootecnia.
Luis Carlos Villamil Jiménez. DMV, MSc, PhD.
Decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias
Universidad de La Salle
"Las puertas de nuestras Escuelas están
abiertas a todos aquellos cuya misión es velar por la conservación de la
humanidad y que han adquirido, por el buen nombre que han alcanzado, el derecho
de acudir a ellas para estudiar la naturaleza, buscar analogías y verificar
ideas cuya confirmación puede ser útil para la especie humana".
"Hemos comprobado la
estrecha relación que existe entre la máquina humana y la máquina animal; dicha
relación es tal que la medicina humana y la medicina animal se instruirán y perfeccionarán
mutuamente el día que, libres de un prejuicio ridículo y funesto, dejemos de
pensar que nos rebajamos y envilecemos estudiando la naturaleza de los
animales, como si esa naturaleza y la verdad no fuesen en todo momento y en
todo lugar dignas de ser exploradas por cualquiera que sepa observar y
pensar". "C. Bourgelat.
Reglamentos para las Reales Escuelas de Veterinaria" (1,777)
Introducción.
La veterinaria término nacido en el siglo I de
nuestra era, en la obra: Res Rustica (Los trabajos del campo) de Lucius Julius
Moderatus Columela, desde sus orígenes y
desarrollos presentó diversos aspectos históricos, en los que confluyen
intereses comunes desde la perspectiva del saber médico, la salud de las poblaciones
animales y sus repercusiones en las colectividades humanas y en el ambiente.
Las primeras escuelas abiertas en
Francia y las que le siguieron en toda Europa, y en el resto del mundo, deben
su existencia a un complejo grupo de circunstancias; no solamente filosóficas y
médicas, sino principalmente económicas, este sentimiento común de todos los
pueblos, provenía de las grandes pérdidas sufridas por las guerras, los destrozos de la peste bovina y la creciente demanda por alimentos (13).
"La medicina veterinaria y
la zootecnia pasaron de ser un antiguo oficio,
a convertirse en profesión". En el presente año se celebra el Año
Internacional de la medicina Veterinaria y la Zootecnia, son 250 años de
enseñanza veterinaria cuando Claude Bourgelat, fundara la promera escuela el
Lyon en 1761. El momento actual, amerita reflexiones y ajustes, para
adaptarnos a nuevos retos propios del
Siglo XXI , en el contexto de la globalización, la demanda por alimentos
inocuos, las tendencias y la
normatividad del comercio nacional y el internacional, la interdependencia
entre humanos y animales y los cambios demográficos y ambientales, las
motivaciones y preferencias de quienes aspiran a convertirse en veterinarios,
los intereses y la preparación de quienes se desempeñan en la docencia, la dirección universitaria y las metas de las
instituciones de educación superior", a continuación se presentan a título
de síntesis algunas de las reflexiones del autor, publicadas por la Academia
Colombiana de Ciencias Veterinarias"
(14).
Políticas agropecuarias, globalización
y comercio internacional.
El modelo actual de desarrollo
implica la implementación de políticas agropecuarias en las cuales la formación
de cadenas productivas, la identificación de nichos productivos competitivos,
el control de enfermedades y la proyección hacia el comercio internacional son
grandes hitos para las políticas agropecuarias y por ende conllevan
implicaciones en la salud animal (7).
De otro lado, la globalización ha
impuesto un nuevo modelo de estado, en el cual la participación del sector
privado tanto en la producción, como en la provisión de los servicios y en la toma de decisiones es cada vez mayor.
La importancia de los gremios de la producción, y su participación en el
diseño, implementación y financiación de los programas de salud animal son
relevantes. Ejemplo de ello es la participación de los productores en la
búsqueda y mantenimiento de estándares sanitarios, siendo notable para Suramérica su participación en programas
de control de enfermedades como la Fiebre Aftosa, New Castle y Peste Porcina
Clásica. Igualmente, se resalta la más reciente vinculación en vigilancia y
control de enfermedades exóticas y/o emergentes como la BSE
y la Influenza Aviar Altamente Patógena (12).
Por lo anterior, el comercio
internacional de productos de origen animal y animales vivos, constituye el punto de mayor interés cuando
se discute el impacto de la globalización y la salud animal. Sin menoscabar la
importancia de los otros aspectos tocados anteriormente, quizás este es el de
mayor énfasis al punto que múltiples tratadistas concentran principalmente su
atención en este aspecto cuando de salud
animal y globalización se está discutiendo (2).
En este contexto, la salud animal
constituye un factor estratégico para el comercio internacional de productos
pecuarios. Más aún genera barreras no
arancelarias al comercio (12). Reconociendo lo anterior y en coherencia con las
políticas actuales, se ha fortalecido el papel de la OIE (Organización Mundial
de Salud Animal), la FAO y la OMC (Organización Mundial del Comercio) (2); en un esfuerzo coordinado con los países
miembros han actualizado el Codex alimentarius y se ha protocolizado el Acuerdo
Fito y Zoosanitario, que en conjunto buscan facilitar el comercio de los
alimentos, de los productos de origen
animal y de los animales vivos de una
manera segura para el consumidor, los productores y el beneficio de los países
(exportadores e importadores) (3).
Los países importadores han
incrementado sus exigencias sanitarias, siendo relevante aquí el papel de los
organismos supranacionales en el arbitraje de la aplicación adecuada de las
medidas y acuerdos vigentes. En este orden de ideas, el análisis de riesgo como
herramienta propia de la epidemiología veterinaria y la formulación de política
de salud animal juegan papel estratégico (4, 5).
Sin embargo, a pesar de la mayor
relevancia de la medicina poblacional y sus implicaciones en salud pública,
salud animal y comercio internacional, durante las últimas décadas los servicios de sanidad
animal y los de salud pública veterinaria de Colombia y de los países de América Latina, han enfrentado, una pérdida de capacidad operativa originada
por la reestructuración y adelgazamiento
del estado y el ajuste macroeconómico. Los organismos financieros internacionales
han propuesto una disminución en el tamaño del aparato oficial, como parte de
una estrategia para reducir el déficit público. En países como Colombia, esta
reducción ha implicado una crisis
operativa de los servicios oficiales de salud animal. Al mismo tiempo, se han
suscrito acuerdos comerciales, tanto regionales como globales, que demandan una
mayor responsabilidad de estas estructuras sumamente debilitadas (9, 10).
Como una disciplina de utilidad
para afrontar e intervenir en las situaciones señaladas anteriormente, la Salud
Pública Veterinaria (SPV), se presenta como una interfase entre los sectores
salud y agricultura y como un tópico integrador, la SPV corresponde a un aporte
de las ciencias veterinarias a la salud pública, que busca la protección de la
salud humana y el incremento de la producción de alimentos a través de las
intervenciones en salud animal, en forma coordinada con los servicios de salud
humana. Todo lo anterior en el contexto de la búsqueda de bienestar (9, 14).
Un mundo una salud. Objetivos de
desarrollo del milenio.
Se debe tener en cuenta la
situación de nuestro país y las de los países en desarrollo, tal como se afirmó en párrafos anteriores,
estamos frente a un panorama
preocupante, desde la perspectiva de la dinámica poblacional, el desplazamiento
hacia las áreas urbanas, el deterioro del ambiente, la demanda y la
disponibilidad de alimentos seguros, el acceso a los servicios de salud, la
discriminación, la falta de oportunidades,
la situación del hambre y la
pobreza, y la falta de paz y
equidad (11).
Es preocupante que a pesar de
contar con alternativas tecnológicas para solucionar muchos de los problemas
del mundo actual, tener acceso al
conocimiento y disponer de recursos (humanos, financieros, naturales y
tecnológicos), el hambre y la pobreza persistan y sean crecientes. En ese
sentido el movimiento mundial Un Mundo
Una salud, y la declaratoria de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de
Desarrollo del Milenio (ODM), pueden
contribuir a aglutinar los esfuerzos, para
crear conciencia y encontrar soluciones para los problemas y las necesidades
sentidas (11).
No puede haber salud humana si no
hay salud animal, y ambas no pueden existir si el ambiente no es saludable, si
está deteriorado, si no es sustentable. Lo anterior ha llevado a revivir el
viejo concepto de "una patología", impulsado desde el siglo XIX por
Rudolf Virchow en el lejano 1858. La evolución del término fue a "una
medicina". Ese concepto en la actualidad es el de "Una Salud",
que atiende en forma simultánea e integral a los elementos de la interfase
entre la salud humana, la salud animal y el ambiente, de carácter
intersectorial y que exigen una integración funcional armónica, sinérgica y
altamente eficiente (6).
El concepto de "Una
Salud", corresponde al Movimiento mundial creado para fortalecer la
colaboración interdisciplinar y la comunicación y las alianzas entre médicos,
veterinarios y otros profesionales de la salud en la promoción de fortalezas en
liderazgo y gestión para trabajar coordinadamente en la salud humana y la salud animal, teniendo
en cuenta los recursos, el talento humano, la infraestructura física y la
interdependencia entre la salud humana y
la de los demás seres vivos animales y medio ambiente (1) . El concepto una
salud constituye el nuevo paradigma de la formación de médicos veterinarios
liderado por las asociaciones profesionales en Estados Unidos y Europa. Para
América Latina y en particular para Colombia, es importante reflexionar a cerca
de este concepto y como podemos adaptarlo a las condiciones tropicales de
nuestro país en desarrollo.
Los Objetivos de Desarrollo del
Milenio (11), comprenden ocho
metas, de las cuales, siete se
fortalecen mutuamente y están orientadas a reducir la pobreza en todas sus
formas mientras que la última, se concentra en el establecimiento de acuerdos y
compromisos entre diversos actores, de forma que ello pueda dar lugar al logro
de las siete primeras: erradicar la pobreza y el hambre, la educación primaria
universal, la igualdad entre los géneros, reducir la mortalidad infantil,
mejorar la salud materna, combatir el VIH SIDA, Malaria y otras
enfermedades, el aseguramiento de la
sostenibilidad ambiental y el fomento
del trabajo cooperativo hacia el desarrollo; en este contexto las profesiones
del sector pecuario tienen mucho que ver y que impulsar(11).
Educación.
El sector educativo, es en
definitiva el ente articulador de algunos de los aspectos mencionados en los
diferentes apartes de este artículo. Las instituciones de educación tienen una
gran responsabilidad dado su papel en la formación de las nuevas generaciones
de profesionales que estarán al frente de las nuevas acciones y también la de
reeducar o actualizar a los graduados en ejercicio. En ese sentido son diversas
las problemáticas, amplios los retos y grandes las dificultades para el cambio.
Durante la Primera conferencia
sobre educación de la Federación Panamericana de Facultades y Escuelas de
Ciencias Veterinarias, se señalaron las debilidades comunes a las universidades
Latino Americanas, relacionadas con la
planta académica en ocasiones improvisada, con las consecuencias obvias sobre
la calidad de la docencia y la pertinencia de la investigación; la irregularidad y la improvisación en los
programas de relevo generacional y en la capacitación de jóvenes docentes e
investigadores; la infraestructura física, las instalaciones inadecuadas, el
pobre mantenimiento; la deficiencia y obsolescencia de los equipos y aparatos
para los laboratorios de investigación y
docencia (8), lo cual constituye un panorama muy preocupante con miras a
la situación que afrontamos en el nuevo milenio. Como un complemento a lo
anterior se recomendó, adecuar las leyes
del ejercicio profesional en cada país o entidad federativa para hacer
obligatoria la certificación profesional periódica, con base en programas de
educación continua eficaz.
Resulta evidente que el papel de
la profesión veterinaria está sufriendo cambios importantes y que los
profesionales del Siglo XXI, tendrán que actuar en diferentes ámbitos que
integran tanto a la sanidad animal como a la salud pública en un único ente, la
"salud pública veterinaria". Para ello es necesaria una sólida
formación en temas como la epidemiología de las enfermedades, la medicina
preventiva, la ecología, la política, economía o la propia sociología. Desde
esta perspectiva, el currículo veterinario deberá estar diseñado acorde a esas
necesidades y por tanto plantearse la modificación de su estructura, pasando
desde el clásico medico veterinario al especialista en seguridad sanitaria y
político o gestor de estrategias sanitarias (9,14).
"Por lo tanto, los servicios
pecuarios (públicos y privados) deben
adecuarse al entorno cambiante para lo
cual, los profesionales deberán adquirir nuevas destrezas en lo académico y lo
práctico, con grán énfasis en epidemiología y economía veterinaria, comercio
internacional y barreras no arancelarias, estudios de riesgo para el comercio,
pero también en actitudes profesionales que le permita interactuar dentro del
escenario global, multiinstitucional,
transnacional, con visión inter y transdisciplinaria .
Los programas sanitarios deben
trascender del espacio de la granja o la
finca y tener enfoque de cadena. No como en la modalidad de programas
aislados, sino como una conducta general de trabajo. La reestructuración de los
servicios de sanidad animal es imperiosa, no como otra reestructuración (entre las múltiples que se han operado),
sino más bien como un proceso de "reingeniería". Los servicios de sanidad animal (sector público),
lideran y orientan los movimientos que se deben
dar en todos los escenarios. En este sentido además de la formación
académica tradicional, se debe
fortalecer y mejorar el nivel de capacitación y la capacidad gerencial
de los individuos que ocupan cargos de decisión
o de supervisión. Una capacidad gerencial mejorada puede contribuir de
manera significativa con la operación eficaz y eficiente de los programas y las
instituciones de sanidad animal e inocuidad de alimentos; en muchas instancias,
el mejorar la capacidad de gestión para resolver viejos problemas
presupuestarios y de personal, así como la ejecución eficiente de los
programas, constituye una importante meta.
El papel de la academia, sólida y
estructurada, con planta profesoral especializada, infraestructura física y
económica suficiente, que se proyecte hacia
la generación de conocimiento que permita entender con más claridad la
situación real y particular de cada país, generando desde la investigación
soluciones de impacto, constituye la meta para los próximos años. El
acompañamiento en entrenamiento y capacitación para el sector productivo,
el sector oficial y los gremios
profesionales, en las temáticas puntuales y la formación de capital social mediante
la educación formal de postgrado (maestrías y doctorados) es otra
responsabilidad de las instituciones universitarias, al igual que la
armónica interacción con los productores
en los programas de transferencia que faciliten la interacción universidad
sector productivo.
Por lo anterior, la educación veterinaria se
enfrenta al desafío de nuevas necesidades y problemas a tocar desde la
profesión y simultáneamente a la trilogía de estudiantes, profesores e
instituciones. La interacción entre nuevas tipologías de estudiantes, muy
diferentes a los de las anteriores décadas y por supuesto, extremadamente
diferentes a sus profesores; profesores universitarios sometidos a nuevos retos
de estar informados, de realizar investigación sobre la cual basen su docencia,
interactuando en redes y grupos de investigación interinstitucionales y de
países; e instituciones educativas, que se enfrentan al reto del financiamiento
sostenible, nuevos modelos educativos y la competitividad de pregrados y
posgrados sólidos de reconocimiento nacional e internacional.
Se debe anotar un reto para las instituciones y para los
docentes: estar preparados para asumir con gusto y eficiencia, el trabajo con
las nuevas generaciones de aspirantes, con promedios de edad menores a los 16
años, donde la proporción de género es primordialmente femenino, con buenas
aptitudes en información y sistemas y sensibilidad hacia los aspectos médicos
de los animales de compañía y fauna silvestre en cautiverio. El
direccionamiento hacia las áreas estratégicas constituirá una interesante meta"
(14).
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