jueves, 22 de diciembre de 2011

Apuntes y reflexiones a propósito del año internacional de la medicina veterinaria y la zootecnia.


Apuntes y reflexiones a propósito del año internacional de la medicina veterinaria y la zootecnia.
Luis Carlos Villamil Jiménez. DMV, MSc, PhD.
Decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias
Universidad de La Salle

 "Las puertas de nuestras Escuelas están abiertas a todos aquellos cuya misión es velar por la conservación de la humanidad y que han adquirido, por el buen nombre que han alcanzado, el derecho de acudir a ellas para estudiar la naturaleza, buscar analogías y verificar ideas cuya confirmación puede ser útil para la especie humana".
"Hemos comprobado la estrecha relación que existe entre la máquina humana y la máquina animal; dicha relación es tal que la medicina humana y la medicina animal se instruirán y perfeccionarán mutuamente el día que, libres de un prejuicio ridículo y funesto, dejemos de pensar que nos rebajamos y envilecemos estudiando la naturaleza de los animales, como si esa naturaleza y la verdad no fuesen en todo momento y en todo lugar dignas de ser exploradas por cualquiera que sepa observar y pensar". "C.  Bourgelat. Reglamentos para las Reales Escuelas de Veterinaria" (1,777)

Introducción.
La  veterinaria término nacido en el siglo I de nuestra era, en la obra: Res Rustica (Los trabajos del campo) de Lucius Julius Moderatus Columela, desde  sus orígenes y desarrollos presentó diversos aspectos históricos, en los que confluyen intereses comunes desde la perspectiva del saber médico, la salud de las poblaciones animales y sus repercusiones en las colectividades humanas y en el ambiente.

Las primeras escuelas abiertas en Francia y las que le siguieron en toda Europa, y en el resto del mundo, deben su existencia a un complejo grupo de circunstancias; no solamente filosóficas y médicas, sino principalmente económicas, este sentimiento común de todos los pueblos, provenía de las grandes pérdidas sufridas por las guerras,  los destrozos de la peste bovina  y la creciente demanda por alimentos (13).

"La medicina veterinaria y la zootecnia pasaron de ser un antiguo oficio,  a convertirse en profesión". En el presente año se celebra el Año Internacional de la medicina Veterinaria y la Zootecnia, son 250 años de enseñanza veterinaria cuando Claude Bourgelat, fundara la promera escuela el Lyon en 1761. El momento actual, amerita reflexiones y ajustes, para adaptarnos  a nuevos retos propios del Siglo XXI , en el contexto de la globalización, la demanda por alimentos inocuos, las tendencias  y la normatividad del comercio nacional y el internacional, la interdependencia entre humanos y animales y los cambios demográficos y ambientales, las motivaciones y preferencias de quienes aspiran a convertirse en veterinarios, los intereses y la preparación de quienes se desempeñan en la docencia,  la dirección universitaria y las metas de las instituciones de educación superior", a continuación se presentan a título de síntesis algunas de las reflexiones del autor, publicadas por la Academia Colombiana de Ciencias Veterinarias"  (14). 

Políticas agropecuarias, globalización y comercio internacional.
El modelo actual de desarrollo implica la implementación de políticas agropecuarias en las cuales la formación de cadenas productivas, la identificación de nichos productivos competitivos, el control de enfermedades y la proyección hacia el comercio internacional son grandes hitos para las políticas agropecuarias y por ende conllevan implicaciones en la salud animal (7).

De otro lado, la globalización ha impuesto un nuevo modelo de estado, en el cual la participación del sector privado tanto en la producción, como en la provisión de los servicios y  en la toma de decisiones es cada vez mayor. La importancia de los gremios de la producción, y su participación en el diseño, implementación y financiación de los programas de salud animal son relevantes. Ejemplo de ello es la participación de los productores en la búsqueda y mantenimiento de estándares sanitarios, siendo notable  para Suramérica su participación en programas de control de enfermedades como la Fiebre Aftosa, New Castle y Peste Porcina Clásica. Igualmente, se resalta la más reciente vinculación en vigilancia y control de enfermedades exóticas y/o emergentes como  la BSE  y la Influenza Aviar Altamente Patógena (12).

Por lo anterior, el comercio internacional de productos de origen animal y animales vivos,  constituye el punto de mayor interés cuando se discute el impacto de la globalización y la salud animal. Sin menoscabar la importancia de los otros aspectos tocados anteriormente, quizás este es el de mayor énfasis al punto que múltiples tratadistas concentran principalmente su atención en este  aspecto cuando de salud animal y globalización se está discutiendo (2).

En este contexto, la salud animal constituye un factor estratégico para el comercio internacional de productos pecuarios. Más aún genera  barreras no arancelarias al comercio (12). Reconociendo lo anterior y en coherencia con las políticas actuales, se ha fortalecido el papel de la OIE (Organización Mundial de Salud Animal), la FAO y la OMC (Organización Mundial del Comercio)  (2); en un esfuerzo coordinado con los países miembros han actualizado el Codex alimentarius y se ha protocolizado el Acuerdo Fito y Zoosanitario, que en conjunto buscan facilitar el comercio de los alimentos, de los  productos de origen animal y de los  animales vivos de una manera segura para el consumidor, los productores y el beneficio de los países (exportadores e importadores) (3).

Los países importadores han incrementado sus exigencias sanitarias, siendo relevante aquí el papel de los organismos supranacionales en el arbitraje de la aplicación adecuada de las medidas y acuerdos vigentes. En este orden de ideas, el análisis de riesgo como herramienta propia de la epidemiología veterinaria y la formulación de política de salud animal juegan papel estratégico (4, 5).

Sin embargo, a pesar de la mayor relevancia de la medicina poblacional y sus implicaciones en salud pública, salud animal y comercio internacional, durante las  últimas décadas los servicios de sanidad animal y los de salud pública veterinaria de Colombia y de los países de  América Latina,  han enfrentado,  una pérdida de capacidad operativa originada por la reestructuración  y adelgazamiento del estado y el ajuste macroeconómico. Los organismos financieros internacionales han propuesto una disminución en el tamaño del aparato oficial, como parte de una estrategia para reducir el déficit público. En países como Colombia, esta reducción  ha implicado una crisis operativa de los servicios oficiales de salud animal. Al mismo tiempo, se han suscrito acuerdos comerciales, tanto regionales como globales, que demandan una mayor responsabilidad de estas estructuras sumamente debilitadas (9, 10).

Como una disciplina de utilidad para afrontar e intervenir en las situaciones señaladas anteriormente, la Salud Pública Veterinaria (SPV), se presenta como una interfase entre los sectores salud y agricultura y como un tópico integrador, la SPV corresponde a un aporte de las ciencias veterinarias a la salud pública, que busca la protección de la salud humana y el incremento de la producción de alimentos a través de las intervenciones en salud animal, en forma coordinada con los servicios de salud humana. Todo lo anterior en el contexto de la búsqueda de bienestar (9, 14).

Un mundo una salud. Objetivos de desarrollo del milenio.
Se debe tener en cuenta la situación de nuestro país y las de los países en desarrollo,  tal como se afirmó en párrafos anteriores, estamos frente a un  panorama preocupante, desde la perspectiva de la dinámica poblacional, el desplazamiento hacia las áreas urbanas, el deterioro del ambiente, la demanda y la disponibilidad de alimentos seguros, el acceso a los servicios de salud, la discriminación, la falta de oportunidades,  la situación del hambre y la  pobreza,  y la falta de paz y equidad (11).

Es preocupante que a pesar de contar con alternativas tecnológicas para solucionar muchos de los problemas del mundo actual, tener acceso al  conocimiento y disponer de recursos (humanos, financieros, naturales y tecnológicos), el hambre y la pobreza persistan y sean crecientes. En ese sentido el movimiento mundial  Un Mundo Una salud, y la declaratoria de las Naciones Unidas sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM),  pueden contribuir a  aglutinar los esfuerzos, para crear conciencia y encontrar soluciones para los problemas y las necesidades sentidas (11).

No puede haber salud humana si no hay salud animal, y ambas no pueden existir si el ambiente no es saludable, si está deteriorado, si no es sustentable. Lo anterior ha llevado a revivir el viejo concepto de "una patología", impulsado desde el siglo XIX por Rudolf Virchow en el lejano 1858. La evolución del término fue a "una medicina". Ese concepto en la actualidad es el de "Una Salud", que atiende en forma simultánea e integral a los elementos de la interfase entre la salud humana, la salud animal y el ambiente, de carácter intersectorial y que exigen una integración funcional armónica, sinérgica y altamente eficiente (6).
El concepto de "Una Salud", corresponde al Movimiento mundial creado para fortalecer la colaboración interdisciplinar y la comunicación y las alianzas entre médicos, veterinarios y otros profesionales de la salud en la promoción de fortalezas en liderazgo y gestión para trabajar coordinadamente en  la salud humana y la salud animal, teniendo en cuenta los recursos, el talento humano, la infraestructura física y la interdependencia entre la  salud humana y la de los demás seres vivos animales y medio ambiente (1) . El concepto una salud constituye el nuevo paradigma de la formación de médicos veterinarios liderado por las asociaciones profesionales en Estados Unidos y Europa. Para América Latina y en particular para Colombia, es importante reflexionar a cerca de este concepto y como podemos adaptarlo a las condiciones tropicales de nuestro país en desarrollo.

Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (11),   comprenden ocho metas,  de las cuales, siete se fortalecen mutuamente y están orientadas a reducir la pobreza en todas sus formas mientras que la última, se concentra en el establecimiento de acuerdos y compromisos entre diversos actores, de forma que ello pueda dar lugar al logro de las siete primeras: erradicar la pobreza y el hambre, la educación primaria universal, la igualdad entre los géneros, reducir la mortalidad infantil, mejorar la salud materna, combatir el VIH SIDA, Malaria y otras enfermedades,  el aseguramiento de la sostenibilidad ambiental y el  fomento del trabajo cooperativo hacia el desarrollo; en este contexto las profesiones del sector pecuario tienen mucho que ver y que impulsar(11).

Educación.
El sector educativo, es en definitiva el ente articulador de algunos de los aspectos mencionados en los diferentes apartes de este artículo. Las instituciones de educación tienen una gran responsabilidad dado su papel en la formación de las nuevas generaciones de profesionales que estarán al frente de las nuevas acciones y también la de reeducar o actualizar a los graduados en ejercicio. En ese sentido son diversas las problemáticas, amplios los retos y grandes las dificultades para el cambio.

Durante la Primera conferencia sobre educación de la Federación Panamericana de Facultades y Escuelas de Ciencias Veterinarias, se señalaron las debilidades comunes a las universidades Latino Americanas, relacionadas con  la planta académica en ocasiones improvisada, con las consecuencias obvias sobre la calidad de la docencia y la pertinencia de la investigación;  la irregularidad y la improvisación en los programas de relevo generacional y en la capacitación de jóvenes docentes e investigadores; la infraestructura física, las instalaciones inadecuadas, el pobre mantenimiento; la deficiencia y obsolescencia de los equipos y aparatos para los laboratorios de investigación y  docencia (8), lo cual constituye un panorama muy preocupante con miras a la situación que afrontamos en el nuevo milenio. Como un complemento a lo anterior se recomendó, adecuar  las leyes del ejercicio profesional en cada país o entidad federativa para hacer obligatoria la certificación profesional periódica, con base en programas de educación continua eficaz.

Resulta evidente que el papel de la profesión veterinaria está sufriendo cambios importantes y que los profesionales del Siglo XXI, tendrán que actuar en diferentes ámbitos que integran tanto a la sanidad animal como a la salud pública en un único ente, la "salud pública veterinaria". Para ello es necesaria una sólida formación en temas como la epidemiología de las enfermedades, la medicina preventiva, la ecología, la política, economía o la propia sociología. Desde esta perspectiva, el currículo veterinario deberá estar diseñado acorde a esas necesidades y por tanto plantearse la modificación de su estructura, pasando desde el clásico medico veterinario al especialista en seguridad sanitaria y político o gestor de estrategias sanitarias (9,14).

"Por lo tanto, los servicios pecuarios (públicos y privados)  deben adecuarse al entorno cambiante para  lo cual, los profesionales deberán adquirir nuevas destrezas en lo académico y lo práctico, con grán énfasis en epidemiología y economía veterinaria, comercio internacional y barreras no arancelarias, estudios de riesgo para el comercio, pero también en actitudes profesionales que le permita interactuar dentro del escenario global, multiinstitucional,  transnacional, con visión inter y transdisciplinaria .

Los programas sanitarios deben trascender del espacio de la granja o la  finca y tener enfoque de cadena. No como en la modalidad de programas aislados, sino como una conducta general de trabajo. La reestructuración de los servicios de sanidad animal es imperiosa, no como otra reestructuración  (entre las múltiples que se han operado), sino más bien como un proceso de "reingeniería".  Los servicios de sanidad animal (sector público), lideran y orientan los movimientos que se deben  dar en todos los escenarios. En este sentido además de la formación académica tradicional, se debe  fortalecer y mejorar el nivel de capacitación y la capacidad gerencial de los individuos que ocupan cargos de decisión  o de supervisión. Una capacidad gerencial mejorada puede contribuir de manera significativa con la operación eficaz y eficiente de los programas y las instituciones de sanidad animal e inocuidad de alimentos; en muchas instancias, el mejorar la capacidad de gestión para resolver viejos problemas presupuestarios y de personal, así como la ejecución eficiente de los programas, constituye una importante meta.

El papel de la academia, sólida y estructurada, con planta profesoral especializada, infraestructura física y económica suficiente, que se proyecte hacia  la generación de conocimiento que permita entender con más claridad la situación real y particular de cada país, generando desde la investigación soluciones de impacto, constituye la meta para los próximos años. El acompañamiento en entrenamiento y capacitación para el sector productivo, el  sector oficial y los gremios profesionales, en las temáticas puntuales y la formación de capital social mediante la educación formal de postgrado (maestrías y doctorados) es otra responsabilidad de las instituciones universitarias, al igual que la armónica  interacción con los productores en los programas de transferencia que faciliten la interacción universidad sector productivo.

 Por lo anterior, la educación veterinaria se enfrenta al desafío de nuevas necesidades y problemas a tocar desde la profesión y simultáneamente a la trilogía de estudiantes, profesores e instituciones. La interacción entre nuevas tipologías de estudiantes, muy diferentes a los de las anteriores décadas y por supuesto, extremadamente diferentes a sus profesores; profesores universitarios sometidos a nuevos retos de estar informados, de realizar investigación sobre la cual basen su docencia, interactuando en redes y grupos de investigación interinstitucionales y de países; e instituciones educativas, que se enfrentan al reto del financiamiento sostenible, nuevos modelos educativos y la competitividad de pregrados y posgrados sólidos de reconocimiento nacional e internacional.

Se debe anotar  un reto para las instituciones y para los docentes: estar preparados para asumir con gusto y eficiencia, el trabajo con las nuevas generaciones de aspirantes, con promedios de edad menores a los 16 años, donde la proporción de género es primordialmente femenino, con buenas aptitudes en información y sistemas y sensibilidad hacia los aspectos médicos de los animales de compañía y fauna silvestre en cautiverio. El direccionamiento hacia las áreas estratégicas constituirá una interesante meta" (14).


Bibliografía

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